viernes, 16 de septiembre de 2011

Bienaventurados...

Estas bienaventuranzas fueron escritas en 1980 y sin embargo nos muestran que cuando se trata del alma el tiempo no tiene que ver. Feliz primavera chicos a disfrutar a pleno cuidandose siempre y cuidando a los amigos...

Bienaventuranzas de la juventud
  • Bienaventurados los muchachos y las chicas que hacen de la vida una ofrenda, un deber y una obligación.
  • Bienaventurados los muchachos y las chicas que deciden su futuro orando, consultando y reflexionando.
  • Bienaventurados los muchachos y las chicas que postergan su noviazgo hasta consolidar su voluntad, disciplinar su afectividad y madurar su inteligencia.
  • Bienaventurados los muchachos y las chicas que optan por una carrera o un oficio para servir mejor a la comunidad.
  • Bienaventurada la juventud que se enamora de Cristo y quiere proclamar ese amor.
  • Bienaventurada la juventud que sufre cuando la Iglesia y el país padecen, y se alegra cuando la Iglesia y la patria triunfan.
  • Bienaventurada la juventud que trabaja por la paz y la que tiene sed y hambre de justicia.
  • Bienaventurada la juventud que busca primero el Reino de Dios y lo demás lo considera añadidura.
  • Bienaventurada la juventud orante, penitente y eucarística.
  • Bienaventurada la juventud que prefiere perder el ojo, el brazo, el pie, si ese ojo, pie o brazo es ocasión de pecado.
  • Bienaventurada la juventud que es fría o caliente, porque la tibia será vomitada por el Señor.
  • Bienaventurada la juventud que, como María, se hace esclava de la Palabra del Señor.
  • Bienaventurada la Iglesia que cuenta con semejante juventud, porque el Señor hará grandes cosas con esa muchachada.
  • Bienaventurada la Patria que cuenta con una juventud recreada porque renovará su cultura, sus valores, sus instituciones, sus cuadros sociales, sus líneas de pensamiento, sus fuentes inspiradoras, y sus modelos de vida y recuperará así su identidad nacional y cristiana.
  • Felices ustedes, los jóvenes con alma de pobres, porque de ustedes es el Reino de los cielos.
  • Felices ustedes los jóvenes que ahora sufren, porque serán consolados.
  • Felices ustedes los jóvenes que ahora son incomprendidos, insultados y hasta odiados por la causa del Hijo del hombre, porque les espera una gran recompensa en el cielo.
  • Felices ustedes los jóvenes que proclaman la grandeza del señor.
  • Felices ustedes que se alegran en Dios el Salvador, porque a ustedes los miró y amó Aquel que es poderoso.
  • Felices ustedes, porque ha obrado con los jóvenes cosas estupendas Aquel cuyo nombre es santo y cuya misericordia se extiende de generación en generación.
  • A ustedes los colocó Dios en la vanguardia de su nuevo Israel, la Iglesia, para realizar sus designios misericordiosos, como lo había prometido a nuestros padres y a sus hijos por siempre jamás.


Mensaje de Mons. Vicente Zaspe
pronunciado durante la celebración del Congreso Mariano Nacional
Mendoza, 1980

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