Alegre cansancio

Por fin tengo unas fotos!!!

Lo poco que fui charlando con algunos de ustedes cuando nos fuimos viendo esta semana me hizo acordar a un blog que se llama como el título de esta entrada.
Qué lindo disfrutar de ese "alegre cansancio" estar destruído físicamente pero muy lleno en el corazón.
Me alegra a mi tambien esta experiencia, este salir, este acompañar.

Les dejo una historia que me conmueve y que con distintos matices puede ser una historia misionera. y está sacada de "El alegre cansancio".
Es un comentario de una nota y no es una historia mas, es una historia real...

"Rezaba, cuando mi padre moria, delante de mi…
Minutos antes, yo le cantaba, canciones que el mismo cantaba para mi, y le hablaba de mis hermanos y en su nombre le decia lo mucho que le queremos, ya llevaba, algunas horas junto a el, y en ese momento iniciaba convulsiones, por el derrame cerebral, que le sobrevino, despues que se les cayo de la cama a los enfermeros, que le preparaban a operarle.

Un buen hombre, usando muletas y bata igual a la que mi padre llevaba puesta, me pregunto que si eramos catolicos, yo asentí, y se presento, como el companero de cuarto de mi padre, y el vio los sucesos de primera mano, me pregunto que si queria me acompanara, yo asentí de nuevo, me pregunto como se llama mi padre, le dije, el se llama Enrique, y hablo a mi padre con serenidad y usando palabras hermosas para el, mientras, me daba su mano.

Envio traer aceite, a la cocina del hospital… y en todo esto, este hombre reposaba su pierna recien operada en una silla, cuando mi padre murió, minutos mas tarde, este hombre desconocido, me abrazo muy fuerte, recuerdo aun sus fuertes brazos y su cabello blanco…

No se Yolanda, si uno pueda saber como medir, si rezando, se muera mejor o no, lo que si te puedo decir, que las palabras de este hombre, que se unian a las mias, en este momento, muy dificil, hicieron tanto para mi padre, tanto como para mi espiritu, creo yo un ambiente tranquilo, cuando él, dejaba este mundo,

Y, aunque el murió ese dia, mientras rezaba, con ese hombre desconocido, he quedado muy agradecida eternamente, el era un sacerdote jesuita, que cuando quise en mi regreso a Costa Rica, buscarle, para al menos conversar con él, me enteré murio meses posteriores despues, que mi padre, lo hizo…
Carmina"


http://blogs.21rs.es/lamet/2010/04/21/si-dios-sabe-lo-que-me-pasa-%C2%BFpor-que-rezo/

Cuantas veces tal vez estamos ayudando sin saber, con sólo poner un poquito de voluntad.

Nos vemos el viernes.